Bastionado de redes y sistemas: qué es y para qué sirve
El bastionado de redes y sistemas es una de las respuestas más eficaces dentro de la ciberseguridad. También conocido como hardening, surge como respuesta a la multiplicación de vulnerabilidades a las que se enfrentan las organizaciones.
La definición de “bastión” según la RAE da algunas pistas de por qué el bastionado de redes y sistemas es clave. Así, esta palabra se refiere a una fortificación de defensa en la que encontrar protección frente a un ataque.
En las guerras del pasado eran esenciales sistemas defensivos como torres, murallas o vigías. Aplicado al contexto digital y de la ciberseguridad, el bastionado de redes y sistemas juega un papel crucial en la protección de los activos digitales de una organización contra los ciberataques.
Algunas cifras respecto al panorama actual de ciberseguridad sirven de muestra de la necesidad de contar una línea de defensa robusta contra los ciberataques a día de hoy. Así, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) calculó en septiembre de 2023 que ciudadanos y empresas españolas sufren entre 25.000 y 30.000 ciberataques cada año.
A su vez, el informe ‘Global Security Outlook 2023’ del Foro Económico Mundial recoge cómo los ciberatacantes están cada vez más interesados en causar interrupciones en los negocios y daño a su reputación.
¿Qué papel juega el bastionado de redes y sistemas en proporcionar una defensa robusta a las organizaciones? Te lo contamos.
Definición: hardening o bastionado de redes y sistemas
El bastionado de redes y sistemas son todas aquellas acciones tomadas en vistas a fortalecer la seguridad de un sistema informático o una red.
El hardening generalmente se ocupa de dos acciones clave: por un lado, reducir la potencial superficie de ataque; y, por otro, aumentar su resistencia a posibles amenazas y ataques cibernéticos.
Aplicado a la ciberseguridad, el bastionado de redes y sistemas incluye una amplia variedad de acciones, que se pueden organizar en la siguiente estructura:
- Identificación de puntos de acceso críticos dentro de un sistema. Estos son los “bastiones” que se han de proteger. A menudo, se trata de puntos críticos porque tienen acceso a la red o sistema de una organización y, por ello, pueden suponer puntos de entrada para un ataque
- Establecimiento de las medidas de seguridad apropiadas para protegerlos (deshabilitación de servicios, aplicación de parches de seguridad, políticas de acceso y de autenticación, acciones de cifrado…)
- Implementación de las medidas
- Monitorización constante
El resultado es que los sistemas y redes de una organización se vuelven más seguros.
A su vez, la definición de bastionado de redes y sistemas puede ampliarse para distinguir entre los diferentes tipos de hardening: de sistemas operativos (como Windows, Linux o macOS), de servidores (web, de correo electrónico, de base de datos…), de redes (en firewalls, routers y switches), de aplicaciones y software, de dispositivos de usuario final (ordenadores, teléfonos móviles…) y de dispositivos IoT.
¿Para qué sirve el bastionado de redes y sistemas?
Tal y como acabamos de mencionar, el fin último del bastionado de redes y sistemas es reducir las vulnerabilidades de una organización y crear una infraestructura digital más cibersegura.
Más específicamente, el hardening se ocupa de poner en marcha una capa adicional de protección a través de las siguientes acciones:
- Protección de los puntos de acceso críticos frente a la propagación de malware y otros ataques
- Reducción de la superficie de ataque
- Mejora de la seguridad en la red
- Fortalecimiento de la resistencia frente a potenciales ataques
- Garantía de la integridad de los datos frente a accesos no autorizados o modificaciones
- Fomentar la disponibilidad de los sistemas y su redundancia frente a ataques, minimizando las posibles interrupciones de servicio
- Cumplimiento de regulaciones como la Ley de Protección de Datos
Importancia del bastionado
El hardening resulta imprescindible para la ciberseguridad en el entorno digital actual, en el que el aumento constante de amenazas cibernéticas y la evolución de las técnicas de ataque son la norma.
Así, proporciona un enfoque práctico para analizar las tecnologías de que dispone una organización, inspeccionándolas de forma profunda en vistas a implementar optimizaciones para su seguridad.
De este modo, el bastionado de redes y sistemas pone en marcha toda una serie de procesos fundamentales para garantizar:
- La continuidad de negocio
- El cumplimiento normativo
- La confidencialidad de los datos y su integridad
Todo ello redunda a su vez en la protección de la reputación de una empresa y una reducción de costes, teniendo en cuenta el impacto devastador que los ataques cibernéticos tienen en estas dos áreas.
En este sentido, prevenirse frente a las ciberamenazas resulta más económico y estratégico que hacer frente a sus consecuencias, que pasan por procesos costosos como la recuperación de datos, multas regulatorias y pérdidas de reputación.
Merece mención aparte el caso del bastionado de redes y sistemas en la industria. Bien es sabido que la ciberseguridad en la Industria 4.0 cuenta con sus propias particularidades, y el hardening no es una excepción.
Así, las empresas industriales han de tomar medidas específicas para la configuración segura de dispositivos industriales en el marco del bastionado de redes y sistemas. De lo contrario, se exponen a riesgos como interrupciones en la producción, daños a infraestructura crítica y pérdida de datos.
10 buenas prácticas del bastionado de redes y sistemas
1. Priorizar la educación y sensibilización de los usuarios
Es preciso tener en cuenta que, en una proporción altísima, los ciberataques se deben a errores humanos dentro de las organizaciones. Es un ejemplo común el de los correos electrónicos de phishing, pero también los equipos desactualizados o las contraseñas seguras son puntos críticos.
En este sentido, resulta imprescindible crear una cultura de ciberseguridad en la empresa, capacitando a los empleados para que conozcan las mejores prácticas.
2. Automatizar parches y actualizaciones
Mantener al día las actualizaciones de software y los sistemas operativos permite poner freno a vulnerabilidades conocidas y debe ser, en cualquier caso, una prioridad.
En este sentido, este es uno de los procesos que se prestan a ser automatizados en gran medida, eliminando la posibilidad del error humano a la par que se estableciendo rutinas estrictas de automatización.
3. Gestión segura de contraseñas
Las contraseñas que quedan comprometidas son una de las causas principales de los sistemas en riesgo. Por ello, establecer políticas de contraseñas resulta también fundamental en el contexto del bastionado de redes y sistemas.
Aquí se incluyen diversas acciones, desde la puesta en marcha de pautas para contraseñas seguras (longitud mínima, complejidad, con cambios periódicos…) hasta la autenticación multi-factor. Las herramientas específicas para la gestión de contraseñas resultan también una buena práctica.
4. Poner límite a los privilegios de usuario
El bastionado de redes y sistemas también se debe ocupar de asignar los privilegios mínimos necesarios a cada usuario. Se debe por tanto permitir que los usuarios realicen sus funciones, pero minimizar el riesgo de acceso a datos o de la explotación en caso de compromiso de la red o dispositivo.
5. Cifrado efectivo de datos sensibles
Los datos sensibles, tanto en reposo como en tránsito, deben ser cifrados de modo que no queden expuestos en caso de ataque. Esto implica, una vez identificados los datos, la selección de algoritmos y protocolos de cifrado adecuados. A su vez, se debe poner en marcha una gestión de claves de cifrado correcta, junto con el monitoreo continuo, en vistas a detectar posibles vulnerabilidades.
6. Priorizar la reducción de superficies de ataque
Un proceso de hardening correcto también se centra en la reducción sistemática de los puntos de vulnerabilidad. Para ello, se eliminan o deshabilitan servicios que pueden ser explotados por atacantes pero que resultan innecesarios para la organización.
En pocas palabras, se trata aquí de hacer inventario sobre los elementos de una infraestructura digital y eliminar todo elemento o privilegio innecesario. Por ejemplo, si un sistema no necesita compartir impresoras en red, este servicio puede ser desactivado, eliminando así un posible punto de entrada.
7. Garantizar la configuración adecuada de sistemas
Multitud de ciberataques han tenido como puerta de entrada una configuración errónea de dispositivos o plataformas, incluyendo infraestructuras en la nube. Así, muchos dispositivos proponen su propia guía para detectar configuraciones erróneas, y es importante aplicarla.
Otra buena práctica en este sentido es establecer automatizaciones.
8. Establecer prioridades
Es preciso priorizar qué sistemas fortificar primero, abordando en primer lugar los más críticos (porque contienen datos sensibles o porque son vitales para las operaciones de la empresa).
Esta buena práctica en bastionado de redes y sistemas se basa en que, de este modo, es posible asignar recursos de manera más efectiva, abordando los riesgos que representarían un impacto mayor de ser comprometidos.
A su vez, priorizar los sistemas críticos supone proteger los activos más valiosos de forma inmediata. Información confidencial, propiedad intelectual o datos financieros quedan así a salvo en primer lugar, pudiendo desplegarse después el hardening hacia el resto de áreas.
9. Implementar sistemas de monitorización y auditoría
Este paso implica la capacidad de las organizaciones de detectar y responder a actividades sospechosas o ciberataques de forma efectiva. Así, se trata de descubrir potenciales problemas de seguridad a tiempo, a la par que comprobar que todas las acciones de bastionado de redes y sistemas continúan siendo efectivas.
En el caso específico de la ejecución de auditorías de ciberseguridad, suponen un refuerzo a la ciberseguridad en multitud de áreas que van más allá del impacto directo en el hardening. Por ejemplo, en caso de tener lugar un incidente de ciberseguridad, los registros de auditoría proporcionan información crucial para una investigación forense verdaderamente útil.
A su vez, tanto el monitoreo constante como la auditoría abren la puerta a un ciclo de ciberseguridad con retroalimentación constante. En otras palabras: estas prácticas ayudan no solo a prevenir incidentes de seguridad sino también a aprender de ellos para que no vuelvan a ocurrir.
10. Cuenta con aliados de confianza
En el cambiante y complejo contexto digital de hoy, luchar contra las ciberamenazas requiere de un enfoque experto y proactivo.
Así, la intervención en expertos en bastionado de redes y sistemas supone acceder a su profundo conocimiento de las últimas amenazas, vulnerabilidades y técnicas de ataque, pudiendo abordarlas de manera efectiva.
Es más, un equipo experto será capaz de analizar los riesgos específicos a los que se enfrenta una organización, a la par que priorizar las áreas críticas e implementar las mejores prácticas en hardening.
Desde S2 Grupo ofrecemos nuestra experiencia y conocimientos en servicios de ciberseguridad para el bastionado de redes y sistemas y más allá.
Desde la puesta en marcha de auditorías de ciberseguridad hasta la activación de protocolos de hardening integrales, ayudamos a las empresas a lograr líneas de defensa robustas desde las que hacer frente a los riesgos digitales de la actualidad.
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