Ciberdefensa y ciberseguridad: la gestión de la seguridad de la información
Ciberdefensa y ciberseguridad son, dicho en pocas palabras, dos pilares básicos para protegerse en el mundo digital actual. A medida que el panorama de amenazas crece en complejidad, ciberdefensa y ciberseguridad resultan estrategias clave para mantenerse un paso adelante de las amenazas cibernéticas.
Son muchos los aspectos que están provocando una mayor complejidad en la ciberseguridad para las empresas. Así, prácticas como el trabajo en remoto o el volumen creciente de datos que tratan las organizaciones están introduciendo nuevas vulnerabilidades. Todo ello se une a la transformación de la figura del hacker: lejos de la figura del actor individual, la realidad de los ciberatacantes está más cerca de ser organizaciones altamente sofisticadas y con grandes capacidades.
El resultado: se calcula que habrá un aumento del 15% anual en los costes relacionados con el cibercrimen hasta alcanzar los 10.5 trillones de dólares americanos en 2025, de acuerdo a la consultora McKinsey. La gravedad de estas cifras se multiplica teniendo en cuenta que un ciberataque no solo implica incurrir en pérdidas económicas, sino también en graves pérdidas de reputación y, potencialmente, con consecuencias legales.
En pocas palabras, tomar un enfoque proactivo en ciberdefensa y ciberseguridad es hoy indispensable. Pero, ¿qué implican estos dos conceptos y cuáles son sus diferencias? Te lo contamos.
¿Qué es la ciberdefensa?
La ciberdefensa engloba el conjunto de estrategias implementadas para proteger de forma activa sistemas informáticos, redes, datos y dispositivos contra ataques cibernéticos.
Así, se habla de ciberdefensa al referirse a herramientas que tratan de evitar ciberataques, prevenirlos o responder a ellos, oponiendo una resistencia activa a través de diversas acciones.
En algunos contextos, es posible emplear el término ciberdefensa como una subcategoría de la defensa militar dedicada a la protección cibernética. En este artículo, por dedicarnos a la ciberseguridad en sentido más amplio, no se trata esta conceptualización.
Ejemplos de ciberdefensa
Acabamos de ver que la ciberdefensa se ocupa de poner en marcha estrategias proactivas para defenderse frente a ciberataques. A nivel práctico, esto implica actuaciones específicas en varios frentes, incluyendo:
- Firewalls, como defensa perimetral
- Software antivirus
- Sistemas de detección de intrusiones (IDS / IPS), que monitorean el tráfico en busca de actividades sospechosas y proporcionan respuesta
- Cifrado de datos
- Estrategias de autenticación de usuarios y análisis de comportamiento en busca de anomalías
- Otros
Históricamente, se puede citar el año 1971 como el primer hito importante en ciberdefensa. Ese año, se desarrolló “Creeper”, el primer gusano informático que se propagó a través de la red ARPANET (precursora de internet). El desarrollador Ray Tomlinson, por su parte, se encargó de desarrollar “Reaper”, otro gusano cuya misión fue hacer frente y destruir a “Creeper”.
Principales aplicaciones de la ciberdefensa
La puesta en marcha de una política efectiva de ciberdefensa implica la creación y coordinación de equipos de expertos que, a su vez, se ocupen de implementar las medidas necesarias.
En estos equipos, roles como los arquitectos de seguridad o los expertos forenses se van a encargar de poner en marcha acciones de ciberdefensa, que pueden incluir las siguientes:
- Detección y respuesta ante amenazas, incluyendo ataques APT, malware y ransomware
- Gestión de incidentes de seguridad
- Gestión de accesos e identidades
- Protección de redes, sistemas y dispositivos
¿Qué es la ciberseguridad?
La ciberseguridad se refiere al conjunto de prácticas para proteger sistemas informáticos, redes, datos y dispositivos, desde un enfoque amplio.
Así, además de todas las medidas de ciberdefensa necesarias, la ciberseguridad también abarca un conjunto más amplio de estrategias, como citamos más abajo.
Etapas de la ciberseguridad
1. Prevención
La ciberseguridad debe comenzar antes de que pueda materializarse una amenaza. Para ello, se activa el análisis de la infraestructura de seguridad de la empresa, y de la detección de posibles vulnerabilidades en la misma, incluyendo posibles amenazas internas y externas.
En base a este análisis, es posible diseñar las políticas de seguridad a seguir, es decir, los procedimientos y estándares que van a sentar las bases para la protección de la infraestructura.
En estas políticas, además, se determinan los roles y responsabilidades en torno a la ciberseguridad y las medidas específicas a llevar a cabo, abordando también los programas de formación.
2. Protección
Esta segunda fase puede entenderse como la puesta en marcha de las medidas de ciberseguridad establecidas en el paso anterior. Toda una serie de procesos que incluyen:
- Instalación de sistemas de monitoreo de tráfico web y registros capaces de detectar actividad maliciosa
- Implementación de programas de blindaje como firewalls, soluciones antimalware, cifrado
- Puesta en marcha de políticas de autenticación y gestión de identidades y privilegios
- Activación de medidas de ciberresiliencia, como backups y otras medidas orientadas a la recuperación ante desastres
- Formación en prácticas seguras para todos los implicados en la organización
- Realización de pruebas de penetración en vistas a comprobar que las medidas puestas en marcha son eficaces
3. Reacción
Además de las medidas proactivas, cualquier iniciativa de ciberseguridad debe incluir tecnologías y capacidades humanas para reaccionar ante un posible ciberataque.
Una reacción adecuada y a tiempo puede ser capaz de mitigar el daño causado. Los planes de respuesta pueden ser una guía de gran valor en este empeño, ya que a menudo permiten dividir las responsabilidades, coordinar las acciones y plantear respuestas efectivas a las amenazas más conocidas.
4. Recuperación
Finalmente, el proceso de recuperación abarca cualquier acción capaz de lidiar con las posibles consecuencias de un ataque, ya sea a nivel tecnológico como reputacional.
Diferencias entre ciberdefensa y ciberseguridad
En base a las definiciones que acabamos de compartir, puede decirse de forma breve que la principal diferencia entre ciberdefensa y ciberseguridad es esta: la ciberseguridad incluye un amplio espectro de medidas de protección; la ciberdefensa es una de ellas, y se encarga de responder y poner freno a las amenazas específicas.
Es importante destacar aquí que en muchas ocasiones se emplean los términos ciberdefensa y ciberseguridad como sinónimos. No obstante, esa visión corre el riesgo de no acceder a todos los matices que sí son visibles al distinguir entre ambos conceptos.
En cualquier caso, al considerar ciberdefensa y ciberseguridad y sus diferencias, resulta claro que ambas disciplinas deben trabajar de forma sinérgica. Es más, la ciberseguridad solo puede lograrse a través de una ciberdefensa robusta.
A su vez, los siguientes son algunos aspectos que pueden servir para ahondar en las diferencias entre ciberdefensa y ciberseguridad:
Una analogía para distinguir ciberdefensa y ciberseguridad
La ciberdefensa puede comprenderse con una analogía básica: si la empresa fuera un edificio, la ciberdefensa se centraría en construir defensas para evitar que fuera atacado. Se construirían murallas, se cavarían fosos, se pondrían guardas de vigilancia…
La ciberseguridad, como ya hemos dicho, comprende un espectro más amplio de acciones. Así, un edificio protegido desde el punto de vista de la ciberseguridad pondría estas defensas y, a la par, establecería otras acciones. Por ejemplo, trataría de estudiar las estrategias de ataque del enemigo; también podría generar simulaciones de ataque, en vistas a prepararse para el mismo.
Un enfoque diferenciado
La ciberdefensa actúa por tanto desde un punto de vista muy centrado en los ataques: su mindset es el de desarrollar capacidades para detectar ataques (vigilantes) y establecer respuestas efectivas.
Respecto a la ciberseguridad, el foco está puesto en detectar vulnerabilidades y controlarlas antes de que lo haga el adversario. Esto implica, a su vez, un amplio abanico de acciones, desde el desarrollo de políticas de seguridad, a la formación de equipos humanos para prevenir ciberataques.
Tácticas y herramientas diversas
Estas diferencias en alcance y concepto entre ciberdefensa y ciberseguridad se traducen, a su vez, en el uso de herramientas diferenciadas:
Por un lado, las tácticas de ciberdefensa pueden incluir las siguientes:
- Instalación de hardware y software de protección a tiempo real. Destacan aquí las herramientas de ciberinteligencia capaces de bloquear amenazas de forma instantánea y adaptarse a nuevas amenazas gracias a algoritmos de aprendizaje automático
- Resolución de vulnerabilidades
- Puesta en marcha de protocolos para la recuperación tras un ataque
- Herramientas de Análisis de Comportamiento de Usuarios (UBA)
- SIEM o Plataformas de Gestión de Eventos e Información de Seguridad (SIEM), encargadas de recopilar y correlacionar datos de registro de eventos de múltiples fuentes
- Sistemas de Respuesta a Incidentes (IR)
- Herramientas de Análisis Forense para la investigación de incidentes de seguridad
- Soluciones de Gestión de Identidad y Acceso (IAM) para gestionar y controlar el acceso de los usuarios a sistemas y datos
Por su parte, las tácticas de ciberseguridad incluyen un enfoque más amplio sobre cómo puede protegerse una organización. Por ello, además de las anteriores herramientas, se incorporan otros enfoques como:
- Herramientas de cifrado de datos para proteger su confidencialidad
- Soluciones para la gestión de políticas de seguridad, orientadas a hacer cumplir estas políticas en toda la organización
- Programas de formación y concienciación sobre ciberseguridad, dirigidos a empleados y usuarios finales. Este es un punto particularmente importante teniendo en cuenta que una mayoría de ciberataques comienzan por un descuido o desconocimiento de los equipos humanos dentro de las organizaciones
- Plataformas para el cumplimiento regulatorio referidas a normativas y estándares de seguridad cibernética, como GDPR o HIPAA. Se trata de herramientas que aplican facilidades en este sentido, incluyendo automatizaciones y generación de informes
Tendencias en ciberdefensa y ciberseguridad
En un contexto digital cambiante y cada vez más complejo, ciberdefensa y ciberseguridad han de avanzar de forma sinérgica para ser capaces de poner freno a las amenazas.
Se trata de una idea recogida por diversas consultoras líderes a nivel mundial que analizan las tendencias en ambos campos. Por ejemplo, en el caso de Accenture se ha puesto el foco en la capacidad de las organizaciones de aumentar la velocidad a la que pueden responder a las amenazas. Esto, a su vez, se materializa en la implantación de herramientas como los Next-Generation firewalls o las herramientas de automatización y respuesta SOAR. Este mismo informe también ha mostrado cómo las organizaciones que trabajan en su flexibilidad y capacidades colaborativas (desde un punto de vista de cultura empresarial más general) son también más capaces de protegerse frente a ciberataques.
Por su parte, la consultora McKinsey propone recetas adicionales para la protección de las organizaciones. Es el caso del auge de las arquitecturas Zero-trust (ZTA) en vistas a generar defensas que cubran también el trabajo en remoto e híbrido; o la analítica de comportamientos avanzada, capaz de identificar actividades anómalas (intencionadas o no intencionadas) y poner en marcha medidas para la protección.
Un punto importante en este informe es el foco en la aplicación de automatizaciones en ciberseguridad. Así, la consultora propone el uso de automatizaciones para los procesos de menor riesgo y siempre en base a evaluaciones de riesgo que confirmen que no se están creando vulnerabilidades adicionales.
Respecto a la aplicación de la inteligencia artificial, la consultora destaca que las organizaciones no deben quedarse atrás en su implementación. Esto es especialmente cierto teniendo en cuenta que los hackers ya están empleando herramientas avanzadas para mejorar sus probabilidades de éxito.
Finalmente, se destaca el ransomware como una de las amenazas que se espera ocurra con cada vez más frecuencia y sofisticación. Por ello, se recomienda que las organizaciones pongan en marcha las medidas técnicas y organizacionales necesarias para evitar este tipo de ataque. Se citan como ejemplos la creación de repositorios de data resilientes, respuestas automáticas y sistemas de autenticación avanzados, entre otras.
En definitiva, las mejores ciberdefensa y ciberseguridad actuales se deben basar en un profundo conocimiento de sistemas y redes, además de un discernimiento exacto sobre las potenciales vías de ataque que pueden ser explotadas.
Trabajando en sinergia, los equipos de ciberdefensa y ciberseguridad pueden defender de forma efectiva los sistemas, redes y dispositivos de una organización. Se trata así de acceder a un enfoque exhaustivo y adaptativo que prepara a las empresas para hacer frente a un contexto digital en el que cada vez hay más en juego.
Desde S2 Grupo, trabajamos para convertirnos en los aliados en ciberdefensa y ciberseguridad que necesitan las organizaciones.
Con iniciativas como nuestro grupo CERT para la gestión de ciberseguridad, nuestras soluciones de ciberinteligencia avanzada o nuestra propuesta para desarrollar una cultura de ciberseguridad, nos aproximamos a una visión integral de cómo garantizar la ciberseguridad.
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