Ciberinteligencia: el arma definitiva para la Ciberseguridad
La ciberinteligencia es un elemento imprescindible para la seguridad y supervivencia de organizaciones, proporcionando un enfoque proactivo y estratégico frente a la rapidez con la que evolucionan las amenazas cibernéticas.
Si bien la globalización y la interconexión digital han aumentado la complejidad de las amenazas virtuales, la ciberinteligencia es capaz de proporcionar una visión completa del panorama de amenazas actual.
La ciberinteligencia se erige como el escudo y la espada más eficaces en la batalla por la ciberseguridad por varios motivos. En primer lugar, pone el foco en la capacidad de anticipar y comprender los procedimientos de los cibercriminales. Así, se pone en marcha un análisis profundo de las estrategias que subyacen a los ataques cibernéticos.
Esto es particularmente importante en un momento en el que las organizaciones cibercriminales como los grupos de ransomware son capaces de poner en jaque organizaciones y sistemas mediante tácticas cada vez más sofisticadas.
A su vez, la ciberinteligencia emplea esta capacidad de anticipación y comprensión para proporcionar una respuesta rápida ante incidentes capaz de mitigar riesgos y reducir el tiempo de exposición.
Pero la ciberinteligencia va más allá de proteger a las empresas en el presente: se trata de utilizar sus herramientas estratégicas para la toma de decisiones informadas. El resultado es una asignación efectiva de recursos, la mejora de las políticas de seguridad y la capacidad de tomar buenas decisiones en áreas como la inversión en defensa cibernética.
En este contexto y desde la especialización de S2 Grupo, analizamos qué es exactamente la ciberinteligencia, las diferencias entre ciberinteligencia y ciberseguridad y la importancia de poner en marcha una estrategia de ciberinteligencia verdaderamente efectiva.
Qué es la ciberinteligencia y cuál es su función
La ciberinteligencia es un campo dentro de la ciberseguridad que se centra en recopilar información sobre amenazas cibernéticas para utilizarla en beneficio de las organizaciones y de su capacidad de defensa.
De este modo, este enfoque busca una comprensión profunda de las ciberamenazas actuales en vistas a tomar medidas proactivas para prevenirlas y responder a ellas.
Si bien este es el objetivo general de cualquier estrategia de ciberinteligencia, las siguientes son las principales funciones de esta disciplina desde el punto de vista práctico:
- Recopilación de datos relacionados con amenazas cibernéticas, incluyendo vulnerabilidades, exploits, malware y tácticas de ciberataque, entre otras
- Análisis de amenazas, de modo que los datos se transforman en una visión completa sobre las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) utilizados por cibercriminales
- Identificación de actores maliciosos, incluyendo individuos y grupos además de sus posibles motivaciones
- Predicción de potenciales amenazas en base a tendencias y patrones históricos, con el objetivo de prepararse para posibles nuevas tácticas
- Compartir información de modo que se sienten las bases para una respuesta colectiva a amenazas. Esto es particularmente importante en el contexto actual en el que las amenazas son globales
- Visibilidad y respaldo para la toma de decisiones en ciberseguridad, pues las organizaciones son capaces de ajustar sus estrategias de seguridad de acuerdo a información precisa. Se trata así de adoptar un enfoque de mejora continua, de modo que se ajustan políticas y tecnologías para alinear las defensas a las amenazas actuales.
Todas estas acciones resultan en una visión completa y detallada del panorama de amenazas y la capacidad de las organizaciones de fortalecer sus defensas ante la realidad del cibercrimen hoy.
Tipos de ciberinteligencia
Según su campo de acción
Ciberinteligencia táctica
En este caso, se trata de proporcionar apoyo a las operaciones de ciberseguridad específicas y en tiempo real, es decir, cuando ocurren los incidentes. Se desciende aquí al terreno más práctico: la información detallada sobre amenazas específicas, los indicadores de compromiso (IOC) y las tácticas utilizadas por los cibercriminales. A este nivel, la ciberinteligencia trata de ayudar a los equipos de respuesta a incidentes a tomar decisiones rápidas y efectivas.
Algunos ejemplos de información que se corresponde con la ciberinteligencia táctica incluyen:
- Análisis de Amenazas Persistentes Avanzadas (APT), incluyendo las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) e indicadores de compromiso (IoC)
- Monitorización de canales de dark web para recopilar información sobre posibles ataques y servicios maliciosos.
- Análisis de muestras de malware para comprender su funcionalidad o identificar patrones de código
- Realización de perfiles de actores maliciosos
- Investigación de campañas de phishing y ransomware
- Seguimiento de vulnerabilidades objeto de explotación activa
- Monitoreo de actividad en tiempo real para detectar actividades anómalas
- Análisis de técnicas de evitación
Ciberinteligencia operativa
Este tipo de ciberinteligencia da un paso atrás y toma perspectiva en comparación con la ciberinteligencia táctica. Así, busca ofrecer una visión de conjunto respecto a las herramientas, técnicas y procedimientos (TTP) específicos que emplean los cibercriminales. Se convierte de este modo en un elemento clave de los procesos para remediar sistemas frente a un incidente.
Derivados de este tipo de ciberinteligencia aparecen los siguientes esfuerzos:
- Producción de informes de inteligencia sobre amenazas cibernéticas específicas que también proporcionan análisis y recomendaciones para la acción
- Desarrollo de firmas y reglas de detección, que en última instancia son capaces de mejorar la capacidad de los sistemas para identificar amenazas conocidas
- Seguimiento de activos y amenazas, manteniendo una visión en tiempo real de la situación de seguridad
- Coordinación con Equipos de Respuesta a Incidentes (CSIRT), de modo que sea posible compartir información de amenazas y coordinar esfuerzos
- Implementación de controles de acceso en vistas a fortalecer las defensas contra amenazas específicas
- Simulacros de seguridad capaces de evaluar la eficacia de las defensas y mejorar la preparación
- Adaptación de políticas de seguridad en función de la información de inteligencia más reciente.
Ciberinteligencia estratégica
Decir que este tipo de ciberinteligencia se orienta a proporcionar información a nivel estratégico implica que busca servir de apoyo a la toma de decisiones desde la alta dirección de una organización.
Por ello, su objetivo es comprender las tendencias en el ámbito de las ciberamenazas a largo plazo, además de establecer las capacidades de los actores cibernéticos y sus motivaciones, y cómo éstas podrían afectar la seguridad de la organización.
En este sentido, algunas de las acciones que la ciberinteligencia estratégica pone en marcha incluyen:
- Evaluación de amenazas y tecnologías emergentes en el panorama cibernético
- Análisis de tendencias a largo plazo, previendo posibles cambios en las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) de los cibercriminales
- Evaluación del entorno geopolítico y los eventos con un potencial impacto en la seguridad cibernética.
- Identificación de amenazas persistentes a largo plazo
- Análisis de amenazas a la cadena de suministro
- Evaluación de vulnerabilidades críticas en vistas a obtener recomendaciones sobre su mitigación
- Colaboración con entidades gubernamentales para compartir información y perspectivas estratégicas
- Evaluación del impacto de las potenciales amenazas en el negocio, incluyendo perspectivas sobre continuidad del negocio y reputación
Diferencia entre ciberinteligencia y ciberseguridad
Como hemos adelantado en la definición de ciberinteligencia, este concepto supone una especialización dentro de la disciplina más amplia que es la ciberseguridad.
Así, en busca de la diferencia principal entre ciberinteligencia y ciberseguridad, se descubre que la ciberseguridad implica cualquier acción para la protección de sistemas; mientras que la ciberinteligencia busca obtener información útil para este fin.
En cierto modo, puede decirse que la ciberinteligencia se ocupa de proporcionar ayuda y soporte a las acciones de ciberseguridad, a través de la recopilación de información relevante.
El enfoque de la ciberinteligencia es en el ámbito externo (descubrir dónde se encuentran las amenazas y cómo operan) para después volver a la organización, que obtiene de este modo una posición de ventaja para enfrentarse a los riesgos.
Por su parte, la ciberseguridad pone el foco en la organización como tal, descubriendo qué procesos y tecnologías activar de modo interno para proteger la información y los equipos informáticos.
Por qué la ciberinteligencia es crucial para las empresas
Subestimar la importancia de contar con ciberinteligencia y ciberseguridad adecuadas puede tener consecuencias desastrosas.
Las consecuencias atroces de algunos incidentes de ciberseguridad han trascendido al ámbito público y se sabe bien que los ciberataques están aumentando en número, pero también en complejidad e impacto económico.
Aunque son muchos los informes que valoran este aspecto, citamos el informe de Ciberpreparación de Hiscox, que halló que un 51% de las empresas españolas ha sido víctima de un ciberataque, con una media de alrededor de 100.000 euros en pérdidas económicas.
Frente a este panorama, la ciberinteligencia presenta un escudo fundamental del que las organizaciones pueden valerse para su protección y blindaje. Se trata de un enfoque integral que permite no solo la protección en el corto plazo, sino la toma de decisiones estratégicas y el desarrollo de una verdadera ciberresiliencia.
Desde el punto de vista práctico, la ciberinteligencia se encuentra en el centro de toda una serie de acciones de protección, incluyendo:
- Anticipación de amenazas y preparación proactiva gracias al análisis de patrones, tácticas y técnicas utilizadas por actores maliciosos, mitigando riesgos antes de que se materialicen
- Detección temprana de incidentes gracias a la inteligencia en torno a los indicadores de compromiso (IOC), y activando la contención de amenazas en fases iniciales
- Protección de activos digitales gracias a la identificación de vulnerabilidades y amenazas específicas
- Gestión de riesgos, activando la toma de decisiones informadas sobre la asignación de recursos y la implementación de medidas de seguridad
- Cumplimiento normativo, en áreas clave como la auditoría de ciberseguridad y la mejora en los enfoques de ciberseguridad
- Resiliencia, pues la respuesta de la organización queda respaldada por información de inteligencia puede minimizar el tiempo de inactividad
En definitiva, la ciberinteligencia se alza como una piedra angular para la ciberresiliencia de las empresas. En un entorno digital complejo como el actual, ignorar este enfoque y apoyo a la ciberseguridad puede afectar no solo a la seguridad de los datos de una empresa, sino a su reputación y continuidad del negocio.
Desde S2 Grupo ponemos nuestra experiencia y conocimientos en ciberseguridad a disposición de las empresas. Esto incluye el desarrollo de nuestros servicios de ciberinteligencia, que informan todas y cada una de nuestras soluciones para empresas adaptándonos a las necesidades de cada proyecto y organización.
Algunas de nuestras fortalezas en este área incluyen:
- Creación de estudios sobre el perfil de grupos APT
- Equipo analista experto en investigación de Técnicas, Tácticas y Procedimientos (TTP)
- Investigación en torno a indicadores de compromiso (IOCs) de los atacantes
- Alerta sobre nuevas amenazas basadas en movimientos geopolíticos
- Compartir información a través de nuestra plataforma online Lab52
- Estrategia de ciberseguridad integral y adaptativa en base a la amenaza
¿Quieres saber más sobre nuestro papel en ciberinteligencia y ciberseguridad y cómo este enfoque permite a las empresas a gestionar las amenazas digitales en el contexto actual? Ponte en contacto con nosotros y hablemos sobre cómo podemos ayudarte.