Hardening proactivo: cómo blindar Infraestructuras frente a amenazas persistentes
El Hardening debe entenderse como una contribución clave en el panorama de la ciberseguridad actual: la capacidad de abordar las defensas y vulnerabilidades de infraestructuras tecnológicas de forma sistemática e integral.
A grandes rasgos, las técnicas de Hardening se ocupan de dos misiones: minimizar la posible superficie de ataque y construir defensas adaptadas a cada infraestructura tecnológica. El resultado es un entorno tecnológico más seguro gracias a trabajar para limitar las oportunidades de infiltración por parte de actores malintencionados.
Aplicaciones o sistemas operativos desactualizados, cuentas con privilegios excesivos, redes no segmentadas… A medida que las organizaciones expanden sus entornos digitales, las posibilidades de que se generen puntos ciegos de ciberseguridad se multiplican si no se toma un enfoque sistemático para detectarlos y eliminarlos. Es aquí donde entra en juego el Hardening. Analizamos su papel, las principales técnicas de Hardening y un paso a paso para implementarlo.
¿Qué es el Hardening y por qué es importante?
Definición y objetivos del Hardening
El Hardening es una estrategia basada en fortalecer la seguridad de un sistema digital en base a reducir su vulnerabilidad a posibles ataques.
El término se puede traducir del inglés como “endurecimiento”, aunque en el ámbito de la ciberseguridad en español se lo ha bautizado como “bastionado”, tomando prestado el vocablo de las técnicas de arquitectura defensiva.
En este sentido, el Hardening proporciona un enfoque sistemático en dos etapas: descubrir las posibles vulnerabilidades, y actuar para eliminarlas. Para ello, una de las principales vías de actuación es reducir la superficie de ataque, fijando la atención en las diferentes capas de una infraestructura digital y reforzando cada una de ellas.
Igualmente, el Hardening entiende que cada componente del sistema requiere de diferentes acciones y políticas, razón por la que se habla de Hardening de servidores o Hardening de usuarios, entre otros.
Riesgos de no implementar medidas de Hardening
El riesgo más evidente de no implementar el Hardening es que los sistemas presentan una mayor vulnerabilidad ante las ciberamenazas. En un contexto de aumento sin precedentes de los ciberataques, se trata de un riesgo con consecuencias económicas y de reputación devastadoras.
Interrupción de operaciones, accesos no autorizados a datos sensibles, multas vinculadas a privacidad… Los riesgos para las organizaciones alcanzan múltiples niveles y requieren de un enfoque proactivo como el Hardening para sentar las bases de una ciberseguridad verdaderamente eficaz.
A su vez, el Hardening se alza como una de las medidas obligatorias previstas en multitud de regulaciones vinculadas a ciberseguridad. Es el caso de la Directiva NIS2, normativa europea para ciberseguridad en sectores críticos que incorpora el Hardening como enfoque clave para las estrategias de ciberdefensa.
Beneficios de una infraestructura bastionada
- Protección proactiva en todas las capas que componen los sistemas de una organización, incluso en entornos complejos. El Hardening se implementa a todos los niveles: sistemas operativos, aplicaciones, redes, bases de datos, servidores web, dispositivos IoT…
- Mejora la funcionalidad de la infraestructura al simplificar su superficie y minimizar las posibles incompatibilidades o problemas operacionales que pueden derivarse de ello.
- Garantiza el cumplimiento de normativas aplicables.
- Simplifica los procesos de auditoría y amplifica la transparencia de la infraestructura tecnológica, ya que promueve un entorno más sencillo.
Hardening y guías CCN-STIC: un enfoque alineado con los estándares nacionales
En el contexto español, las guías CCN-STIC del Centro Criptológico Nacional (CCN) representan uno de los marcos de referencia más importantes para la protección de sistemas de información. Estas guías recopilan un conjunto de buenas prácticas, recomendaciones y procedimientos técnicos orientados a reforzar la ciberseguridad de organismos públicos y entidades privadas que gestionan infraestructuras críticas o servicios esenciales.
El Hardening, entendido como el conjunto de medidas para reducir la superficie de ataque de sistemas, se alinea de forma directa con múltiples aspectos de las CCN-STIC. De hecho, muchas de estas guías ofrecen instrucciones específicas sobre cómo realizar un bastionado efectivo de sistemas operativos, aplicaciones, redes y dispositivos, incluyendo configuraciones seguras, control de accesos, segmentación de red o gestión de vulnerabilidades.
Para aquellas organizaciones que deben cumplir con normativas específicas —como el Esquema Nacional de Seguridad (ENS), la Directiva NIS2 o normativas sectoriales—, la adopción de medidas de Hardening conforme a las guías CCN-STIC no solo contribuye a elevar la ciberresiliencia, sino que es clave para garantizar el cumplimiento normativo y superar auditorías de seguridad.
Además, el enfoque de mejora continua del Hardening se encuentra en perfecta sintonía con los principios de gestión del riesgo y defensa en profundidad promovidos por el CCN, lo que refuerza la importancia de integrar este enfoque como parte esencial de cualquier estrategia de ciberseguridad en España.
Principales técnicas de Hardening
Eliminación de servicios y aplicaciones innecesarias
El Hardening entiende cada servicio activo como un potencial punto de ataque. Esto es especialmente cierto en el caso de servicios mal configurados o vulnerables por otros motivos (por ejemplo, desactualizados), que pueden ser explotados para obtener acceso al sistema.
Por ello, algunas técnicas de Hardening se centran en visibilizar qué servicios no se utilizan y eliminarlos. Esto simplifica la infraestructura tecnológica y elimina, a la vez, un potencial vector de ataque y cualquier vulnerabilidad asociada.
Restricción de permisos y privilegios de usuarios
Las cuentas de usuario con privilegios son uno de los objetivos clave de los hackers, ya que les abren la puerta a las partes más sensibles de una infraestructura tecnológica.
Como parte de las técnicas de Hardening de usuarios, se busca aplicar el principio de mínimo privilegio, según el cual cada usuario solo tiene acceso a los recursos estrictamente necesarios para sus tareas. Se reduce así el riesgo de accesos indebidos o, en caso de ataque, los escenarios de escalamiento de privilegios. Por lo tanto, es también una medida clave para reducir el impacto de un ataque: si logra comprometer una cuenta con acceso limitado, el daño que puede ejercer será menor.
Configuración segura de contraseñas y autenticación multifactor
De nuevo parte de las técnicas de Hardening de usuarios, en este caso se trata de poner remedio a las contraseñas débiles, que son uno de los vectores de ataque más comunes.
A su vez, la autenticación multifactor (MFA) supone una capa adicional de ciberseguridad. Se ocupa de proteger la infraestructura contra accesos no autorizados incluso en escenarios donde las credenciales primarias quedan comprometidas, ya que el atacante no podrá acceder sin el segundo factor de autenticación.
Aplicación de actualizaciones y parches de seguridad
Las actualizaciones y parches de seguridad son una de las principales defensas frente a vulnerabilidades conocidas. Sin embargo, si no son aplicadas de forma inmediata, suponen un riesgo que los ciberatacantes están listos para aprovechar.
El conocido ciberataque WannaCry de 2017 sirve como ejemplo. Este ransomware utilizó una vulnerabilidad en equipos Windows para la que existía un parche, pero que muchos sistemas no habían aplicado a tiempo.
En vistas a prevenir este tipo de riesgos, las técnicas de Hardening también se centran en fomentar la automatización de estas actualizaciones, protegiendo los sistemas frente a ataques diseñados para atacar versiones no actualizadas.
Uso de firewalls y segmentación de red
Los firewalls son herramientas clave para bloquear accesos no autorizados, ya que son capaces de aislar servicios críticos y evitar los posibles movimientos laterales de los atacantes.
Un ejemplo: en una red que no está segmentada, un atacante podría infiltrarse a través de un dispositivo IoT y moverse libremente por la infraestructura hasta llegar a servidores críticos. Por el contrario, las políticas de firewalls y segmentación sientan las bases para una infraestructura más segura, capaz de mitigar el daño de una posible infiltración.
Hardening de servidores y su impacto en la seguridad
Debido a que almacenan, procesan y gestionan la información crítica, los servidores pueden entenderse como el corazón de cualquier infraestructura digital. Es por ello que el Hardening de servidores destaca por su capacidad de reforzar la seguridad de un entorno tecnológico.
Para ello, se aplican principalmente las siguientes técnicas:
Configuración segura de sistemas operativos
El primer paso o la primera capa a abordar en el Hardening de servidores consiste en detectar y abordar cualquier posible vulnerabilidad en los sistemas operativos. Activar las actualizaciones automáticas (comprobando que su funcionamiento es correcto) y deshabilitar los posibles servicios innecesarios son dos de los pasos fundamentales aquí.
Protección contra ataques de fuerza bruta
Los ataques de fuerza bruta se caracterizan por tratar de adivinar credenciales de acceso a servidores mediante intentos repetidos y múltiples combinaciones de credenciales.
Como medidas de protección ante esta táctica se incluyen todas las destinadas a proteger esta primera línea de defensa: limitación de intentos fallidos (el sistema queda bloqueado ante intentos sospechosos), políticas de autenticación multifactor, uso de CAPTCHAs…
Monitorización y auditoría de sistemas
Resulta clave trabajar en la detección de actividades sospechosas e incidentes de seguridad en tiempo real. Son útiles aquí las herramientas de registro de eventos y análisis de logs, o la implementación de alertas de seguridad.
Hardening de usuarios: mejores prácticas
En ciberseguridad, el elemento humano y su extensión digital (los usuarios) deben comprenderse como un posible eslabón débil. Es más, un informe de Kaspersky desveló un cálculo revelador: el 64% de los incidentes de ciberseguridad tiene su origen en un error humano.
En este sentido, el Hardening de usuarios busca poner medidas para evitar este tipo de vulnerabilidad y reducir riesgos, a partir de las siguientes tácticas preventivas:
Políticas de contraseñas y autenticación
Diseño y uso de contraseñas robustas (evitando las más predecibles), el cambio periódico de contraseñas y el uso de métodos de autenticación multifactor son pilares básicos del Hardening de usuarios.
A fin de cuentas, las contraseñas deben entenderse como la primera línea de defensa: de seguir políticas de seguridad efectivas, es posible reducir el riesgo de robo de credenciales o la posibilidad de que tengan lugar ataques de fuerza bruta.
Control de accesos y privilegios mínimos
Ya hemos mencionado más arriba la necesidad de limitar las capacidades (privilegios) de los usuarios, de modo que cada usuario tenga solo los permisos estrictamente necesarios de acuerdo a su función.
Para ello, es preciso comenzar por realizar una segmentación de usuarios y roles, de acuerdo a las funciones específicas y necesidades de cada usuario.
Más allá de este primer paso, es también recomendable revisar de forma periódica tanto los permisos concedidos como los accesos que han tenido lugar, eliminando las cuentas inactivas o los permisos que ya no apliquen.
Educación y concienciación en ciberseguridad
Las medidas anteriores se refieren a la tecnología y su capacidad de limitar el posible daño relativo a los usuarios. En este tercer punto, se aborda la capacitación de los equipos humanos para que ellos también puedan actuar como una defensa verdaderamente efectiva.
La capacitación debe tener un enfoque continuado y exhaustivo, abordando riesgos comunes y novedades en ciberseguridad, además de las principales buenas prácticas. En este punto, temas como el phishing o la ingeniería social deben recibir especial atención, ya que son técnicas específicamente ideadas para explotar el factor humano.
Además de las capacitaciones, es recomendable realizar simulaciones que pongan a prueba a los equipos humanos y evalúen su respuesta.
En definitiva, una serie de medidas orientadas a generar una cultura de ciberseguridad en la que los equipos humanos se conviertan en un activo clave y un bastión de defensa real, complementando las medidas tecnológicas.
Implementación de un plan de Hardening efectivo
Análisis de la infraestructura
Cualquier iniciativa para implementar un plan de Hardening en una organización debe comenzar por obtener visibilidad sobre la infraestructura y sus necesidades específicas.
Esto es así porque, aunque los principios que sustentan este enfoque son en cierto modo universales, las técnicas de Hardening específicas deben adaptarse a la realidad de la organización.
Este paso debe concretarse en los siguientes puntos:
- Inventario de activos
- Evaluación de sus configuraciones y parámetros relativos a la ciberseguridad
- Detección de servicios innecesarios
- Identificación de posibles puntos de acceso
- Análisis de comunicaciones y segmentación de red
Evaluación de vulnerabilidades
En base al paso anterior, se pone en marcha una auditoría exhaustiva de la tecnología existente. Las pruebas de penetración pueden resultar útiles en este punto, junto a las herramientas de escaneo de vulnerabilidades y el resto de técnicas de auditoría.
El objetivo es encontrar posibles vulnerabilidades, y evaluar los riesgos de acuerdo a su urgencia, de modo que puedan priorizarse después las medidas correctivas más apremiantes.
Definición de estrategias de endurecimiento
Es recomendable que el Hardening se aplique de forma estratégica y gradual, de modo que los riesgos más importantes se resuelvan de forma prioritaria.
Normas como ISO 27001 proporcionan un marco para aplicar políticas de seguridad de Hardening. No obstante, cada estrategia debe quedar alineada con los riesgos específicos que se han detectado, además de los requisitos normativos con los que es preciso cumplir.
Como resumen de algunas de las medidas de Hardening más comunes, se incluyen:
- Controles de acceso
- Políticas de privilegio mínimo
- Restricción de los servicios detectados como innecesarios
- Cifrado de datos
- Automatización de actualizaciones y parches
- Implementación de autenticación multifactor
Monitorización y mejora continua
Como cualquier estrategia de ciberseguridad efectiva, es preciso entender que el Hardening debe aplicarse a lo largo de todo el ciclo de vida de una tecnología: desde la instalación, a su configuración, uso y final de ciclo, todas las etapas deben estar guiadas por las mejores prácticas, requiriendo supervisión constante.
Esto es especialmente cierto en el panorama actual, en el que constantemente emergen nuevas amenazas a las que poner freno. En esta labor continua, las herramientas de monitorización en tiempo real (SIEM) son aliadas imprescindibles, al igual que la realización de auditorías periódicas y las tácticas de simulación de ataques. Igualmente, la capacitación de los equipos humanos también debe comprenderse desde un enfoque continuo.
Desde S2GRUPO, nos ponemos de lado de las organizaciones que buscan activar sus ciberdefensas mediante el Hardening. A través de nuestros servicios de ciberseguridad de vanguardia como seguridad en la nube y auditorías de seguridad avanzada, ofrecemos un enfoque integral para implementar el bastionado de infraestructuras digitales de forma eficaz.
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