Qué es la seguridad en la nube y por qué tiene menos riesgos
En el actual panorama digital, la seguridad en la nube emerge como un bastión fundamental. El vertiginoso aumento en el traslado de datos y aplicaciones a la nube conlleva una imperiosa necesidad: salvaguardar la información sensible ante amenazas cibernéticas cada vez más astutas.
En una nueva realidad donde necesidades como la globalización, escalabilidad, flexibilidad o seguridad se tornan primordiales, la nube pública pasa a jugar un papel crítico para garantizar la resiliencia de las organizaciones de cualquier tamaño, industria o sector.
No obstante, como vamos a ver en este artículo, el enfoque de la nube abre la puerta a algunas vulnerabilidades específicas que deben ser atajadas. Esta situación ha provocado el nacimiento de un nuevo paradigma: la ciberseguridad cloud o Cloud Security.
A la hora de hablar de posibles amenazas a las que nos enfrentamos, encontramos amenazas genéricas como la pérdida de datos, la interrupción de servicios y otros riesgos que acechan en las sombras, listos para desencadenar consecuencias que trascienden lo meramente digital, impactando la reputación y la operatividad de las entidades involucradas. Aterrizado al ámbito cloud, debemos tener en cuenta nuevos aspectos como la propia administración y manejo de las cargas en la nube, las configuraciones manuales, el reparto de responsabilidad entre el proveedor cloud y el cliente o la dependencia de terceras partes como los proveedores tecnológicos. Frente a esto, las estrategias de seguridad en la nube suponen los cimientos imprescindibles para construir una ciberresiliencia real. Te contamos cómo.
Qué es la seguridad en la nube
La seguridad en la nube se refiere a las prácticas y medidas diseñadas para proteger los datos, aplicaciones y sistemas almacenados en entornos de computación en la nube.
El objetivo final es garantizar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los recursos de la empresa.
Ya que la computación en la nube implica el uso de recursos informáticos y procesos particulares, resulta evidente que son también precisos protocolos específicos para su protección.
Algunas de estas particularidades incluyen:
- La globalización y el entorno global. El hecho de que los proveedores de nube pública cuenten con data centers alojados en diferentes localizaciones, con políticas estrictas para asegurar su replicación favorece el despliegue de cargas en cuestión de minutos en prácticamente cualquier lugar del planeta.
- El acceso a servicios administrados y el modelo de precios “Pay as you go” permite limitar los costes a las cargas estrictamente utilizadas, sin necesidad de aprovisionar capacidad. Por su parte, los servicios administrados alivian las tareas manuales o administrativas, favoreciendo la agilidad y facilidad en los despliegues.
- Una de las ventajas clave de la computación en la nube es la escalabilidad, de forma que el aumento y reducción de la demanda se adapta completamente y de forma prácticamente automática a la capacidad de computación de los entornos cloud manteniendo controlados los costes.
- La formación de una compleja red de gestión de la nube (en la que podemos contar con múltiples proveedores, distribuidores y cargas de diferentes entornos), hace que la existencia de un solo componente débil pueda provocar una amenaza en todo el subconjunto. Por tanto, la seguridad en la nube se convierte en un aspecto primordial.
Cómo funciona la seguridad en la nube
La seguridad en la nube funciona poniendo en marcha una combinación de prácticas, tecnologías y políticas en entornos de computación en la nube. Algunos de sus principios y componentes fundamentales incluyen:
- Permitiendo el cifrado de datos, a lo largo de todo el ciclo de vida de la información, desde su ingesta hasta la colección y análisis.
- Ofreciendo garantías respecto a la autenticación y autorización, mediante las cuales se busca que solo usuarios autorizados tengan acceso a la información. La nube pública permite establecer controles de seguridad robustos a la hora de autorizar y autenticar usuarios y tareas a realizar cualquier mínimo cambio en la infraestructura.
- La implementación de firewalls y medidas de seguridad en la red ayuda a controlar el tráfico de datos, prevenir intrusiones y mitigar posibles amenazas externas.
- La activación de servicios administrados permiten implementar políticas de vigilancia constante de la actividad en la nube, lo cual permite detectar patrones anómalos que podrían indicar una amenaza. Un ejemplo sería la posibilidad de habilitar vigilancia 24/7 de los cambios que se producen en el cuadro de mando que gestiona los entornos cloud.
- La garantía en torno a las actualizaciones y parches de seguridad, cerrando vulnerabilidades conocidas a la par que se mitiga el riesgo de explotación por parte de posibles amenazas. La nube se encuentra en constante cambio y evolución, con nuevos servicios y lanzamientos prácticamente cada semana, lo que se traduce en la necesidad de un entorno actualizado y adaptado a nuevos paradigmas.
- La implementación de estrategias de respaldo y recuperación ante desastres. Desde servicios de backup que permitan las copias de seguridad centralizadas hasta Disaster Recovery o sistemas de actuación en caso de desastre. La implementación de estas soluciones permite contar con un plan de acción que reduzca al máximo el periodo de inactividad en caso de ataque.
5 razones por las que una nube segura es valioso para las organizaciones
1. Menos costes
La eliminación de costos de infraestructura física, una menor necesidad de personal para mantenimiento o la reducción de riesgos y costos de pérdida de datos son algunas de las razones de este ahorro vinculado al uso de la tecnología en la nube. A alto nivel, los beneficios suelen asociarse con el cambio de costes fijos (mantenimiento del centro de datos, refrigeración, seguridad, edificio o espacio físico, aprovisionamiento de capacidad) a los costes variables únicamente asociados a las cargas que se estén utilizando en ese momento, permitiendo “apagar” y “encender” máquinas para contar con un entorno altamente optimizado.
2. Confianza
Contar con servicios en la nube puede suponer mejoras significativas en la confiabilidad de los sistemas y datos de una empresa. Los proveedores de servicios en la nube trabajan específicamente para mejorar la redundancia y la resiliencia gracias a sistemas de respaldo y arquitecturas redundantes. A su vez, las copias de seguridad automáticas constituyen una de las prácticas de seguridad en la nube más comunes. Por poner un ejemplo, a la hora de elegir el emplazamiento de los centros de datos, los proveedores cloud llevarán a cabo evaluaciones medioambientales y geográficas que mitiguen riesgos físicos como inundaciones, actividad sísmica o condiciones climáticas extremas. Una vez seleccionada la localización exacta, se compondrá el concepto de “Región”, donde varios centros de datos replicados entre sí, están diseñados para prevenir y soportar fallos de servicio mientras mantienen la funcionalidad.
Estas políticas, que tienen como foco mantener la redundancia, alta disponibilidad, continuidad del negocio y recuperación ante desastres garantizan unos altos niveles de seguridad a nivel de infraestructura.
3. Flexibilidad
Una de las principales ventajas de trabajar en la nube es la flexibilidad de los entornos cloud. Esta flexibilidad ha de ser entendida desde varios puntos de vista: (i) Flexibilidad para elegir la región o zona donde las cargas van a ser desplegadas (ii) Flexibilidad para adaptar los despliegues o entornos cloud a las condiciones dinámicas de las empresas (E.g. uso de nuevas soluciones en cuestión de minutos o cambio de capacidad de forma prácticamente instantánea)
(iii) Flexibilidad para seleccionar la familia o tamaño de los servicios que mejor se adapte a nuestras necesidades (E.g. seleccionar un tipo de máquina virtual y poder cambiar su tamaño, capacidad, almacenamiento o CPU en prácticamente cualquier momento).
4. Seguridad
Resulta imprescindible entender que los asuntos relacionados con la seguridad y conformidad son una responsabilidad compartida entre el cliente y el proveedor de nube pública. En ese sentido el proveedor se encargará de aspectos como la seguridad física de las instalaciones hasta los componentes del sistema operativo (Seguridad “Del” Cloud), mientras el cliente deberá encargarse de aspectos como la gestión de su información, la gestión o manejo de aplicaciones, el control de usuarios y accesos o lo que en definitiva se entiende como seguridad “en el Cloud”.
A este compromiso en torno a la seguridad cloud computing se añaden otros aspectos como las actualizaciones y parches automáticos o los protocolos de cifrado avanzados.
5. Cumplimiento de requisitos y normativas
Trabajar en la nube es también un paso adelante para cumplir con algunos requisitos de conformidad y normativas relativos a la seguridad de la información en las organizaciones.
Esto se debe a que muchos proveedores de servicios en la nube implementan por su cuenta rigurosas medidas de seguridad y cumplen con estándares y certificaciones de la industria. De este modo, las organizaciones que utilizan sus servicios aprovechan la infraestructura y las prácticas de seguridad establecidas por el proveedor.
Riesgos de seguridad en la nube
Filtración de datos
Este riesgo supone la posibilidad de que información confidencial o sensible almacenada en entornos de computación en la nube sea divulgada, o se acceda a ella de manera no autorizada.
Los fallos en la configuración de seguridad, ataques de ingeniería social o malware y otros softwares maliciosos pueden poner en jaque estos sistemas si no se toman medidas de seguridad en la nube adecuadas. Un punto a considerar en este aspecto es que estamos añadiendo un nuevo eslabón a la cadena, no solo siendo nuestra infraestructura objeto de ataque, sino con un nuevo objetivo en cuanto a nuestro proveedor de infraestructura en nube pública.
Malware
Los sistemas en la nube pueden resultar comprometidos si un usuario o dispositivo con acceso a la nube está infectado con malware. Descargas de archivos infectados, clics en enlaces maliciosos o la conexión de dispositivos contaminados al entorno en la nube son todas causas de este problema en seguridad cloud.
En este sentido, la seguridad en la nube tiene en cuenta que la naturaleza escalable y conectada de la nube puede facilitar la propagación rápida del malware, lo cual multiplica su impacto negativo.
API Insegura
Las API resultan un componente fundamental en la computación cloud, siendo una herramienta para establecer un enlace entre varios sistemas de la nube. Precisamente por su papel de enlace, una API insegura (por una autenticación débil, ausencia de controles adecuados, fallos en los protocolos de cifrado…) representa una vulnerabilidad grave.
Falta de gobernanza para los accesos
La ausencia o insuficiencia de controles efectivos para gestionar quién tiene acceso a los recursos y datos en un entorno en la nube también supone un problema en seguridad cloud. De hecho, recientes estudios demuestran que una de las principales brechas de seguridad es el propio manejo, acceso y gestión de los usuarios, que conducen a fallos de seguridad o errores manuales capaces de abrir la puerta a futuros atacantes.
Para abordar este asunto, es fundamental establecer una gobernanza sólida en la gestión de accesos, definiendo políticas claras, además de implementar controles basados en roles, entre otras acciones.
Cuentas hackeadas
El riesgo de cuentas hackeadas puede tener consecuencias graves en entornos en la nube, desde accesos no autorizados, al robo de datos o uso malintencionado de recursos.
En este sentido, resulta esencial implementar prácticas como la autenticación de múltiples factores, gestión adecuada de contraseñas, o el monitoreo continuo de actividades inusuales, entre otros..
Ejemplos de prácticas de seguridad en la nube
Consulta a tu proveedor de servicios en la nube
Los proveedores de servicios en la nube tienen un profundo conocimiento de su propia infraestructura y arquitectura. Por ello, consultar y colaborar con ellos abre la puerta a que las organizaciones comprendan mejor su papel en la seguridad en la nube y cómo garantizarla. Como hemos comentado a lo largo de este artículo, entender, interiorizar y tomar medidas adecuadas para accionar el modelo de responsabilidad compartida se torna una de las principales necesidades.
Por ejemplo, respecto a la gestión de identidades y acceso, es posible que consultar con los proveedores permita a las organizaciones implementar prácticas adecuadas para la autenticación, autorización y gestión de privilegios, reduciendo así los riesgos de accesos no autorizados.
A su vez, es también el modo de acceder a soporte técnico especializado, posibles servicios de evaluación de riesgos o colaboración en respuesta a potenciales incidentes. En algunos casos, el modelo de negocio de los proveedores no incluye el soporte directo en caso de incidente, por lo que es necesario asegurarse de que contamos con un nivel de soporte adecuado a nuestras necesidades.
Establece políticas de accesos seguros
Otra práctica imprescindible en seguridad cloud computing es mantener un control sobre los usuarios que acceden a la red. Uno de los errores más comunes es facilitar el acceso a la totalidad de los entornos, cuando simplemente se está accediendo para llevar a cabo una tarea (Por ejemplo, un administrador/a que accede a una base de datos para llevar a cabo una búsqueda). Es necesario aportar únicamente los permisos más estrictos. En este sentido, resulta interesante conocer el principio de “Privilegio Mínimo” que supone dar a los usuarios los accesos mínimos necesarios para desempeñar sus funciones laborales. Partiendo de esa base, la autenticación de múltiples factores y otros protocolos permiten garantizar que únicamente las personas autorizadas tengan acceso a los recursos de la organización.
Formación ciberseguridad como estrategia
La formación de los equipos humanos es clave. Es más, se calcula que un 95% de los ataques informáticos se producen por errores humanos.
Así, resulta un trabajo imprescindible el aumentar la conciencia de los equipos sobre las amenazas cibernéticas específicas asociadas con entornos en la nube, además de la formación en el uso seguro de estas tecnologías.
Desde S2 Grupo conocemos bien esta necesidad, y es por ello que hemos puesto en marcha nuestro servicio orientado a lograr ciberresiliencia en las organizaciones.
A través de esta formación en ciberseguridad, se pone en marcha una estrategia de concienciación en ciberseguridad creada y desarrollada por S2 Grupo y personalizada a las necesidades de cada organización, incluyendo protocolos de seguridad en la nube.
Creamos así un ‘Human Firewall’ para la organización, que tiene garantías de que sus equipos humanos conocen los riesgos y saben hacerles frente.
Así mismo, contamos con un extenso catálogo de servicios de Cloud Security, poniendo en manos de profesionales de ciberseguridad la monitorización, protección y diseño de las cargas de nube pública.
¿Quieres saber más sobre seguridad cloud y cómo en S2 Grupo te ayudamos a lograrla? Ponte en contacto con nosotros y hablemos.